las horas muertas

Hay horas que están muertas.
La niña todavía duerme, lo tengo todo listo para empezar el día, y los pocos libros que me apetecen se perdieron en el último traslado.
La tv se me antoja liberadora, pero en un baile de canales, me doy cuenta de que pulso el + dejando apenas tiempo para que la pantalla muestre una imagen estática.
Y vuelvo a encender el pc. Información. De cualquier tipo. Música, política, literatura, opiniones... La gran ventana me abre los ojos una vez más al mundo, y asimilo como una esponja, llenando los espacios vacíos de mi mente con historias ajenas, que al cabo de un rato ya no lo son tanto.
En un minuto oiré la llamada de la selva - Pápaaaa - y regresaré al mundo real. Café doble, solo, y biberón de papilla. Listos para salir. Hoy vamos a la montaña!.
Mientras, AC/DC y un poco de culturilla anónima.